Hiperpigmentación
Los melanocitos son células especializadas que se encuentran en la piel y que se encargan de producir un pigmento llamado melanina. Este pigmento luego se transfiere a otras células que se mueven hacia la superficie de la piel, dando como resultado la coloración característica de la piel, como bronceados y manchas oscuras. En un escenario ideal, la pigmentación de la piel es uniforme y consistente.
Sin embargo, cuando hay una cantidad excesiva de melanina en un área, puede provocar hiperpigmentación, que se caracteriza por una apariencia desigual y en parches. Esta condición generalmente se asocia con el envejecimiento y los desequilibrios internos.
La razón por la que los colores oscuros parecen más oscuros es porque absorben más rayos de luz. El mismo principio se aplica a la piel oscura, que tiene una mayor capacidad para absorber la luz. Aquí es donde entra en juego la melanina, ya que interactúa con la radiación ultravioleta para proporcionar un amortiguador protector a los tejidos más profundos del cuerpo. Curiosamente, la melanina no sólo se encuentra en la piel, sino que también se acumula en otras áreas del cuerpo que tienen altos niveles de actividad eléctrica, como el cerebro y los ojos.
Si bien los tratamientos tópicos como los exfoliantes y los agentes supresores de la melanina, como los alfa hidroxiácidos y la hidroquinona, pueden ser eficaces para reducir la pigmentación, la causa fundamental de la hiperpigmentación radica en los desequilibrios hormonales que sólo pueden abordarse eficazmente mediante estrategias internas. La suplementación nutricional con antioxidantes como las vitaminas C y E puede ser particularmente eficaz para reducir la hiperpigmentación. Además, se ha demostrado que los ácidos grasos esenciales como Omega-3 y Omega-6 son eficaces cuando se aplican tópicamente, como lo demuestra un estudio de 1998 publicado en Archives of Dermatological Research.